El cuidado del medio ambiente, es decir, de todo aquello que rodea al ser humano y constituye su hábitat, es esencial para la calidad de vida de las generaciones actuales y futuras. Este desafío vital entraña la combinación de un crecimiento económico sostenible a largo plazo, una política ambiental adecuada y la concienciación de la población utilizando todos los medios disponibles. Los más de 8 mil millones de personas en el mundo están utilizando actualmente más recursos naturales que en cualquier época anterior, según informes del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP) y, a menos que se adopten medidas importantes, los daños producidos al medio ambiente podrían dispararse.
La búsqueda de prosperidad, especialmente en los países desarrollados, ha dado lugar a un aumento pronunciado del consumo. Las emisiones de dióxido de carbono en estos países se han multiplicado en los últimos cien años, provocando un problema de tal complejidad que sólo puede ser resuelto por los estados de manera colaborativa, sujetos al Derecho Internacional y al Derecho Ambiental. Estrechamente interrelacionados entre sí, los principales factores que agreden a los distintos ecosistemas (tierra, agua y aire), pueden ser la creciente actividad industrial, el incremento de la agricultura intensiva, la explosión demográfica, los grandes hacinamientos de basura no degradable, la enorme demanda de energía que se cubre con combustible fósil, la depredación irracional de los recursos vivos (flora y fauna), la contaminación de lagos, ríos y mares, el efecto invernadero y el deterioro de la capa de ozono.
Se necesita la toma de conciencia para la ayuda mutua entre personas y grupos sociales para que adquieran mayor sensibilidad y conciencia del medio ambiente y sus problemas. Conocimientos para una comprensión básica del medio ambiente en su totalidad, de los problemas y la presencia de la humanidad bajo una responsabilidad crítica. Promover actitudes que favorezcan los valores sociales y un profundo interés por el medio ambiente que impulse a la participación social activa. Aptitud de nuestros gobiernos para resolver los problemas ambientales y capacidad de evaluación para considerar las medidas y los programas de educación ambiental en función de los factores ecológicos, políticos, sociales, estéticos y educativos, y la participación social con sentido de responsabilidad y conciencia de la urgencia de prestar atención a estos problemas.
De una analogía de Freeman John Dyson, físico teórico y matemático, ejemplifiquemos este problema: Si la Tierra tiene 4 mil 600 millones de años, convirtámoslos en 46 años para simplificar la comprensión del gran problema. Después de pasar varios años en el proceso de enfriamiento, de la aparición de los dinosaurios, los mamíferos y la última glaciación, el Hombre Moderno apenas aparece sobre el planeta hace apenas cuatro horas, señalado en una especie de simio inteligente. Durante la última hora descubrió la agricultura. La revolución industrial comenzó hace apenas un minuto. En los últimos segundos de ese minuto, el Hombre contaminó su Paraíso y se ha multiplicado en proporciones alarmantes, provocando la extinción de 500 especies de animales, saqueando al planeta en busca de combustible y, en el paroxismo de su meteórico ascenso y casi deificación, ha creado condiciones para una guerra que puede ser la última o para la destrucción del Planeta como consecuencia de la alteración de los ecosistemas. Esto, en sólo los últimos segundos de aquellos 46 años que sirven de ejemplo, así que el tiempo también juega un papel en extremo importante.
El universo inmediato se deteriora a grandes pasos por todo tipo de suciedad y abusos contra la naturaleza cometidos por usted, por mí y por los demás que vivimos en Xalapa, en el Estado, en el país o en cualquier punto geométrico de este pobre planeta agotado. Es una verdad muy simple pero aterradora. Una verdad que no acabamos de asimilar porque no cambiamos de actitud, según lo demuestran a cada instante nuestros actos. Cuando se diseñan automóviles, se debe tener en cuenta cómo se van a reciclar y eliminar las piezas cuando el vehículo sea retirado de la circulación. Esta política de manufactura, aplicada a cualquier producto creado por el hombre, reconoce que la Tierra tiene un límite en su capacidad de absorber la contaminación y de seguir proporcionando recursos naturales. Lo contrario, es una agresión al medio ambiente.
Su conservación depende del compromiso y participación personal de cada ciudadano. Es un elemento central para evaluar las consecuencias de las políticas de protección ambiental, su inclusión en los programas públicos y en los proyectos de inversión y desarrollo. Nosotros, ciudadanos veracruzanos, debemos tomar el gran compromiso de modificar actitudes y prácticas personales para fomentar una cultura que contribuya al mejoramiento del medio ambiente y a la preservación de nuestro hábitat natural. Ojalá todos lo sintamos así.
gnietoa@hotmail.com
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