En 2021 el jefe del Comando Norte estadounidense, general Glen D. Van Herk en visita oficial en nuestro país señaló el fuerte predominio de la delincuencia organizada en casi el 35% del territorio nacional. El presidente Trump apenas en octubre pasado aseguró que “a México lo manejan los cárteles y nos tenemos que defender de eso”, sin duda, la información de inteligencia a su alcance pudiera avalar su dicho. Pero a los mexicanos su vivencia cotidiana le aporta información con la crudeza de una realidad insoslayable porque el pequeño comerciante, las tortillerías, los taqueros, los propietarios de grandes almacenes, agricultores, profesores, restaurantes, bares, alcaldes y muchos etcéteras más deben cubrir sus respectivas cuotas si quieren sobrevivir. Ya es una realidad en México lo que durante el gobierno de Calderón se comentaba que cuando explicaba su “guerra” contra la delincuencia, enfatizaba: “de no hacerlo, dentro de poco usted estaría recibiendo en su domicilio una notificación acerca de dónde pagar sus impuestos”, que obviamente no sería en las oficinas de Hacienda. Ese es el México que heredó a la presidenta Sheinbaum su antecesor, el adalid de la estrategia de los “abrazos, no balazos”. 
  
 Ayer, Carlos Manzo, el icónico alcalde de Uruapan fue victimado a balazos, pese a contar con “protección federal”. Cuando escuchábamos a Manzo pedir públicamente el apoyo federal para combatir a la delincuencia en su municipio y la región, por la apasionada forma en que lo hacía, retadora y hasta temerariamente, siempre supusimos que el riesgo de un atentado lo acechaba, porque era un alcalde contra una fuerza muy superior, que por la indolencia de gobiernos pasados aumentaron su letalidad y extendieron su poderío al grado de disputarle al Estado mexicano el mando territorial en varias regiones del país. El sábado por la noche, ante cientos de personas, Carlos Manzo fue asesinado, la nación está atónita. Este acontecimiento trascendió fronteras y desde el gobierno estadounidense, Christopher Landau, subsecretario de Estado del gobierno estadounidense, al lamentar el suceso ofrece apoyo al de México en materia de seguridad. Lamentablemente en lo que va del actual sexenio, Carlos Manzo es el décimo alcalde mexicano que es asesinado, pasa a formar parte del cortejo fúnebre con Alejandro Arcos Catalán (Chilpancingo, Guerrero) – 6 oct 2024; Román Ruiz Bohórquez (Candelaria Loxicha, Oaxaca) – 15 oct 2024; Jesús Franco Lárraga (Tancanhuitz, San Luis Potosí) – 15 dic 2024; Mario Hernández García (Santiago Amoltepec, Oaxaca) – 15 mayo 2025; Isaías Rojas Ramírez (Metlatónoc, Guerrero) – 2 jun 2025; Yolanda Sánchez Figueroa (Cotija, Michoacán) – 3 jun 2025: Salvador Bastida García (Tacámbaro, Michoacán) – 5 jun 2025; Acasio Flores Guerrero (Malinaltepec, Guerrero) – 21 jun 2025; Miguel Bahena Solórzano (Pisaflores, Hidalgo) – 20 oct 2025; Carlos Manzo Rodríguez (Uruapan, Michoacán), 1 noviembre 2025, ojalá no sea un número más, porque, como dicen en el llano cuando la cobija ya no alcanza: Ya éramos muchos cuando parió la abuela.                                          | 
                                                 
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