La nueva tecnología que podría cambiar la forma de tratar la enfermedad renal crónica. | ||||||
¿Sabías que la mayoría de los pacientes renales no están diagnosticados? Un nuevo enfoque digital promete mejorar su tratamiento y calidad de vida | ||||||
Miércoles 06 de Agosto de 2025 | ||||||
Por: Excelsior | ||||||
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Sin embargo, una nueva forma de entender y tratar esta condición está emergiendo: la hemodiafiltración de alto volumen (HvHDF) y su integración con inteligencia artificial, sensores avanzados y monitoreo digital. Durante el 1er. Summit de Hemodiafiltración de Alto Volumen, celebrado recientemente, expertos internacionales plantearon una pregunta crucial: ¿estamos listos para transformar por completo la atención de los pacientes con enfermedad renal? Un problema más común de lo que crees Según las estimaciones presentadas en el encuentro, se espera que para 2030 haya más de 6 millones de personas en tratamiento de diálisis en todo el mundo. Y aún más alarmante: hasta el 20% de quienes padecen enfermedad renal podrían estar sin diagnóstico ni tratamiento. Es un problema silencioso pero creciente, agravado por la fragmentación del sistema de salud, la falta de médicos especialistas y la alta carga económica: tratar a esta pequeña población representa hasta el 4% del gasto total en salud en muchos países. ¿La tecnología puede salvarnos? Sí, pero solo si aprendemos a usarla bien. Una de las revelaciones más importantes del evento fue que medir y monitorear constantemente a los pacientes, algo tan simple como eso, puede reducir la mortalidad hasta en 20%. ¿Cómo? A través de máquinas de diálisis inteligentes que calculan en tiempo real la eficacia del tratamiento. Estas máquinas, combinadas con plataformas digitales, permiten saber cuánto líquido se está eliminando, si el sodio está equilibrado o si el paciente está tolerando bien la sesión. Incluso se están usando sistemas de inteligencia artificial para controlar la anemia en estos pacientes: se ajustan las dosis de medicamentos, se evitan picos peligrosos y se reducen costos. Todo sin intervención humana directa. No solo es vivir, es vivir mejor Otro punto fuerte del summit fue la necesidad de escuchar más al paciente. El modelo “una talla para todos” ya no funciona. Con la ayuda de sistemas como PROMs (Patient Reported Outcome Measures), ahora es posible hacer evaluaciones en tiempo real sobre cómo se siente una persona durante el tratamiento. Esto permite personalizar la atención médica, mejorar la calidad de vida y reducir síntomas tan comunes como la fatiga. Además, se destacó la importancia de acercar el tratamiento a casa. Con soporte tecnológico, la diálisis domiciliaria podría ser una opción más frecuente, cómoda y eficaz. ¿Y si nunca llegamos al punto de necesitar diálisis? Ese es el objetivo final. Nuevos medicamentos, como los glifozinas (gliflozinas), están cambiando el panorama: reducen la progresión del daño renal, mejoran el control de enfermedades como la diabetes e incluso disminuyen el riesgo cardiovascular. Y aunque aún es un campo experimental, ya se han realizado los primeros trasplantes exitosos de riñones de cerdo modificados genéticamente. Si esta tecnología avanza, podríamos eliminar por completo la lista de espera para trasplantes en unos años. Lo que viene: datos, sensores y algoritmos La medicina renal del futuro será digital. Los especialistas coinciden en que herramientas como la inteligencia artificial, los biosensores y el análisis de datos en tiempo real no son opcionales: serán esenciales para entender mejor al paciente, predecir complicaciones y actuar antes de que sea demasiado tarde. |
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