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XALAPA.- Aunque les dijeron que sería una obra para mejorar la red de drenaje, la misma se ha convertido en un auténtico viacrucis para los vecinos de la calle 12 de octubre, ubicada en la colonia Christiane Magnani, en Misantla. Y es que, en pleno “Año de Hidalgo”, tras la introducción del drenaje, las zanjas fueron cerradas y la tierra retirada parcialmente, pero no se realizó el aplanado ni el trabajo final de nivelación, lo que ha generado una vía fangosa y riesgosa para peatones y vehículos. Por lo anterior, los afectados hicieron un llamado directo al presidente municipal, Javier Hernández Candanedo, para que intervenga de manera inmediata y cumpla el compromiso que, aseguran, hizo personal de Obras Públicas: enviar maquinaria para nivelar la calle tras la conclusión de la obra de drenaje. Ciudadanas como Karla Acosta alzaron la voz para exigir una solución urgente al problema de vialidad y a las afectaciones económicas que enfrentan desde hace días. “No estamos en contra de la obra, sino de cómo la dejaron”, aseguró la agraviada, manicurista y jefa de familia, quien asegura no haber podido abrir su negocio debido a los montículos de lodo que obstruyen el acceso, “mi ingreso depende de mi trabajo y no puedo seguir así”, señaló con preocupación, afirmando que otros pequeños negocios como un taller mecánico y un lavado de autos se encuentran en la misma situación. La denuncia fue respaldada por más vecinos, entre ellos Marisol Ferreira, quien calificó la calle como “un lodazal impracticable” tras las recientes lluvias. “Los niños van limpios a la escuela y regresan todos enlodados; uno tiene que dar vueltas largas para salir o entrar”, señaló visiblemente molesta. “No pedimos que la pavimenten, solo que nos la dejen como estaba antes, ya pagamos el 20 por ciento de la obra y merecemos que se termine bien”, insistió la vecina. Hasta el momento, señalaron que no han recibido respuesta oficial ni visto maquinaria en la zona, lo que incrementa su frustración y descontento. Los vecinos expresaron su exigencia de que la obra se concluya de manera adecuada, no solo por la afectación a la vida diaria, sino por el riesgo sanitario y la pérdida de ingresos que enfrentan: “Queremos soluciones, no más promesas”, concluyó Karla Acosta. Así las cosas.
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