Ahora voy a Veracruz, bueno desde mi mente, sucede que en el Puerto y Boca del Río, hace tiempo dos mujeres incursionaban en la política con alma, corazón y vida, hay más mujeres pero ellas sobresalen, han dedicado tiempo de su vida y a veces penares, por estar en el ajetreo político.
Una de ellas es la alcaldesa de Veracruz, que se va, Patricia Lobeira, llegó por circunstancias especiales y ha logrado ser una buena munícipe. Tanto que, leo en Notiver, la Secretaria de Gobernación le otorgó el primer lugar estatal, por su desempeño en gestión y buenas practicas municipales. Hoy ese gobierno pasa a manos de Morena, lo que no se había dado en años y a ver cómo suceden los años venideros.
MARY JOSE GAMBOA
La otra mujer política es Mary Jose Gamboa, paisana mía que nació en Tierra Blanca, Veracruz, un 18 de junio, ella ha lidiado hasta con agravios y ha sido mujer de mucho valor, lo mismo en el congreso de Veracruz que en el federal. Si había que tirarse un debate con ella, había que ir bien preparado. La traté un poco más cuando este escribiente formaba parte de la Comisión de Periodistas estatal, con doña Ana Laura Pérez Mendoza, de presidenta, colega de Notiver, allí la vi algunas veces en el Congreso y siempre con respeto y afecto. Panistas ambas, una se va y la otra llega por el triunfo suyo en Boca del Río, que Morena le quería hacer de chivo los tamales y no se pudo, defendió su triunfo como una buena madre cuando cuida a sus críos. Hoy gobernará un anhelo de su vida. Estoy seguro que lo hará bien, como Patricia Lobeira. Mujeres en la política.
EL CASO COLOSIO
En su tiempo leí todos los libros que trataban del Caso Colosio, desde los más inverosímiles hasta los más creíbles. Desde aquella tesis de cuatro o cinco marios aburtos hasta los balazos en Lomas Taurinas. He narrado que un día estando en el aeropuerto de Tijuana, el avión sufría un retraso de dos horas, tomé un taxi del aeropuerto y fui a conocer ese villorrio pobre llamado Lomas Taurinas, en homenaje a los toreros mexicanos. Estaba en una hondonada ya pavimentada, pero en el tiempo que llegó el candidato aquello era todo terracería y algo de lodo, Domiro García, el jefe de seguridad, jamás debió haber permitido que allí lo metieran, por eso luego le llamaron Dormido García. Habían pasado unos años y ya estaba fija la estatua de Colosio, el cintillo del PRI de Colosio aún pervive en esa zona, los vecinos se han negado a que los borren. Signos de aquellos tiempos de violencia de 1994.
La 4T, algunos dicen que como otro distractor, y el fiscal general detuvieron a aquel agente del Cisen, José Antonio Sánchez Ortega, de quien se señaló en su tiempo que era el segundo tirador, porque traía un poco de sangre de Colosio en la chamarra.
Pero todos los investigadores serios lo dieron por inocente, más cuando Mario Aburto aceptó los dos disparos. Y, además, si algo sale de ese crimen ya prescribió desde cuándo, es un distractor, me dice un opositor.
En fin, veremos qué ocurre.
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