Por Omar Zúñiga
La diputada que llegó al Congreso por el PAN y reculó a mitad del río para formar el Grupo Plural, Monserrat Ortega, cónyuge del expresidente del CDE blanquiazul José Pepe Mancha, acaba de lograr que el TEV inscriba al actual presidente panista Federico Salomón en el registro nacional de personas violentadoras.
Aunque esta acción no es noticia nueva como tal, lo que sí es nuevo es que este jueves 21, la diputada Ortega dio a conocer unas fotografías de vidrios y puertas rotas, que dijo, corresponden a su oficina del PPM (Promoción Política de la Mujer), con el mensaje de que esperaba que no se tratar de una represalia por su demanda.
Parafraseando a la ínclita, “se está haciendo la vístima”, puesto que no fue una agresión directa a su oficina, es decir, la diputada sabía lo que ocurría en el edificio sede del PAN por que ella estaba ahí; ergo, la información fue descontextualizada, deliberadamente o no, eso no lo sabemos.
Resulta que durante la madrugada de este jueves, “vandalizaron”, además del PPM, la Tesorería, Presidencia, la oficina del Jurídico y Oficialía de Partes, cinco en total.
Hay presuntos responsables que están identificados, sin embargo, lo que se debe investigar, es quién está detrás de todo este circo.
No hay que olvidar las lecciones que nos dejó Maquiavelo.
Por vía de mientras, la denuncia ya fue interpuesta, y a juzgar por cómo se mueve la FGE, seguramente por ahí del 2030 habrá noticias de que los agresores fueron identificados y se giraron las órdenes de aprehensión correspondientes.
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Parte de los reclamos que se le hacen a Martincillo al frente de la Rectoría de la Universidad Veracruzana es que ha dejado a la Máxima Casa de Estudios del estado en la indefensión; por ejemplo, nunca se atrevió a exigir lo que por ley le corresponde en el tema presupuestal y por otra parte, el dinero que debe verse aplicado en beneficio de la comunidad universitaria lo ha malgastado en obras de mala de calidad, (las que ha hecho).
El botón de muestra está en las recientes obras que fueron inauguradas apenas en febrero pasado, en la Región Coatzacoalcos.
Boletín y toda la cosa emitidos por la oficina de la flamante, eficaz y eficiente (ajá) titular de Comunicación Universitaria Norma Trujillo, con fotos incluidas, dan testimonio.
Sin embargo, fastidiados por el asalto a Rectoría que ha intentado concretar Martincillo a toda costa, distintos grupos de académicos y estudiantes, denuncian las anomalías que existen ya en esos edificios, que están recién construidos y entregados, pero que en la realidad parecen obras de hace una decáda.
Contactos que suponemos están electrificados, desprendidos de las paredes de tablaroca, sin sus correspondientes “tapas”.
O cables con conectores HDMI, mal amarrados y sobre el suelo, es lo que se ve en la Facultad de Contaduría y Administración, además de pedazos de plafón desprendiéndose, ya sea por mala caidad de la pintura, del “aplanado” o de ambas.
Mientras que en el edificio de Facultad de Ingeniería que unieron con el Centro de Investigación en Recursos Energéticos Sustentables, mejor conocido entre la comunidad universitaria como Cires, también pedazos de plafón desprendiéndose, junto a las flamantes columnas pintadas de un color verde espantoso.
Si hay quien piensa que todo esto se trata de una “campaña de despretigio”, hay que reflexionar si esto que se ha expuesto, de la magnitud que sea, es lo que qeueremos para nuestros hijos que se forman en las aulas universitarias y por otro lado, si eso quisiéramos en nuestra casa nueva y recién habitada.
Por asuntos como este, como este botón de muestra, es que Gerardo Martín Aguilar se ha ganado el repudio de la comunidad universitaria y por lo que no debe estra al frente de la Rectoría ni un minuto más allá de las 23:59 horas del 31 de agosto.
Por eso y porque se ha convertido en un espurio que busca mantenerse en el poder, por efímero que sea, mediante la ilegalidad y sin importar que sea señalado como el Rector que quiso mantenerse violando la Ley que lo hizo llegar a la silla desde donde despacha.
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Para documentar el optimismo… resulta que como en todos lados se cuecen habas, los dos últimos tiempos completos que se han orogado en la Facultad de Derecho han sido para Laura Altamirano y Armando Pacheco, que de hecho son cónyuges, bajo el amparo y protección de Juan Escamilla, Secretario Académico, peeeero con la bendición, padrinazgo o madrinazgo de Araceli Reyes, directora de dicha Facultad y por supuesto con el VoBo del FESAPAUV.
La relación entre Pacheco y Juan Escamilla se remonta a la época de bachillerato, pues resulta que Armando es el bestie de la pareja de Juan. Hay una relación cercana hasta la fecha, y eso no tiene absolutamente nada de malo.
¡Maldito sea quien niegue a sus amigos!
La cosa es que la amistad termina cuando la complicidad comienza.
Las voces que se alzan cada día con más fuerza en los pasillos de la Facultad es que Armando Pacheco está atlacuachado, a la espera de que su madrina Araceli Reyes, tenga el más mínimo resbalón, el menor descuido para cortarle la cabeza (en sentido figurado) y asumir la Dirección de la Decana de las Facultades de la UV y proteger desde ahí, los intereses de Juan Escamilla y de paso los de Martín Aguilar, pues son de los que le apuestan a la ilegalidad.
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Por cierto…, nos informan que Jorge Martínez delegado del FESAPAUV, incondicional de Enrique Papo Levet, ya debe ser relevado de ese cargo, pues lleva aaaaaaños sin que se renueve Delegado en Derecho y los tiempos de cambio también deben soplar en ese sentido.
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com
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