¡Ni hablar!
Por algo los duros de la 4T, los doctrinarios, no lo querían ni como candidato para gobernar la Ciudad de México, ni para integrar el gabinete de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, para mi, por el temor de aquellos morenistas que están ligados al narcotráfico.
Presagiaban que algo podría ocurrirles con el, por el cargo que se vislumbraba le daría la presidenta electa, si no lo dejaban pasar como jefe de gobierno de la capital federal, y no se equivocaron: Omar García Harfuch se esta convirtiendo en el sepulturero de la política pública de los abrazos y no balazos, que permeo todo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
¡Vaya que si no!
Desde que tomo posesión de Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana empezó a darles duro a los grupos criminales con decomisos, arrestos y ejecuciones, como en los últimos 6 años no se había visto; y ahora, con la entrega (no extradición) de 29 narcotraficantes al gobierno de Donald Trump, entre otros, del mas deseado, no solo por el actual gobierno, sino por el que estaba desde que ocurrió el crimen del agente de la DEA Enrique -Kiki- Camarena (1985): Rafael Caro Quintero.
A la ejecutiva federal y Harfuch no les importo que varios de los capos entregados contaban con amparos para no ser movidos de los penales en donde purgaban condenas, y mucho menos para extraditarlos, lo que se traduce en un claro mensaje: a) los abrazos para con ellos se acabaron, y b) para que pongan sus barbas a remojar los que están afuera, porque por lo que se observa, a partir de ahora habrá aviones con combustible suficiente para los que aun faltan por caer, para llevarlos -fast trak- a Washington, o cualquier otra ciudad que determine el gobierno norteamericano.
Se acabaron para los malandros las cárceles mexicanas y los privilegios con que gozaban en ellas, desde donde seguían ordenando extorsiones, secuestros y asesinatos.
Estos pájaros de cuenta que hoy duermen en penales gringos son responsables de cerca de 500 mil crímenes ocurridos en México en los últimos 40 años, así como de poco mas de 130 mil desaparecidos, independientemente de la responsabilidad de muchos exfuncionarios de los gobiernos que hemos tenido, en estos años, que los solaparon y encubrieron, y que como afirmó el presidente estadounidense el pasado viernes 28 de febrero, deben ser investigados, y yo diría, también llevados para allá, para que paguen sus culpas, porque en México nunca ha existido la justicia contra ellos.
Y esto, estimados lectores y radioescuchas, apenas esta comenzando, se los aseguro.
Preparémonos para sorpresas mayúsculas.
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