Bien vale mi vida toda una civilización. Que es más o menos lo que quiso decir el señor Trump que, si la primera vez que fue presidente, se volvió loco, a tal grado de respaldar un movimiento insurrecto porque según él, le robaron la reelección. En esta segunda ocasión, que el sentido común indicaría prudencia en todo; mientras llegaban a Guantánamo los primeros migrantes ilegales, dijo: “Irán será aniquilado si me asesina”…
Que fue la respuesta que el Mandatario dio cuando le preguntaron los compañeros reporteros su opinión sobre las declaraciones de grupos terroristas que amenazaban su vida. Pero al mismo tiempo de su monumental arrogancia, creyendo que su vida vale la destrucción de lo que es la cuna de la raza blanca; el origen de la más antigua de las religiones que hoy existen y una civilización portentosa de bellísimas mujeres -creo que por eso las de traer todas tapadas. Egoístas-…
Pero, en fin, de ese tamaño debe de andar de baja su autoestima, para requerir de esas comparaciones. Recuerdo cuando en algún momento iban a tomar una foto de los participantes, casi a codazos se fue hasta el frente…
El problema es que Trump no tiene pocos enemigos; y los EE.UU. tampoco. Y no faltará nunca otro loco que quiera pasar a la historia cometiendo un magnicidio, como Brutus (¿ -42) quien asesinó a Julio César (100 - 44) finalmente no sería muy extraño que eso sucediera ahí, donde han asesinado a varios presidentes…
Abraham Lincoln en1865, por John Wilkes Booth. James A. Garfield en 1881, por Charles J. Guiteau. William Mc.Kinley en 1901, por León Czolgosz; y John F. Kennedy en 1963, por Lee Harvey Oswald…
Pero hoy, en vez de comentar de la política, de los políticos y del desastre en que han convertido al mundo; me quiero referir a los artistas de la política; quienes, con su ingenio, o, mejor dicho, con su genialidad, nos cuentan toda una historia. La misma que quienes nos tardamos tiempo en dar nuestra opinión, en transmitir con letras lo que pensamos, ellos lo hacen con dibujos…
Quiero enviar mi agradecimiento y reconocimiento a su labor, a todos los artistas de la caricatura, que no caricaturistas, que me hacen el favor de enviarme sus trabajos. No doy sus nombres, por temor a no mencionarlos a todos; pues mi amada computadora del año del caldo, está en el hospital víctima del cobarde atentado de algún hacker, y que se me pase nombrar a alguno de ellos; pero disfruto muchísimo su trabajo. Mil gracias.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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