Ni Alfred Hitchcock (1899 - 1990) se hubiera aventado una novela como la que estamos viviendo los mexicanos, al revivir la versión azteca de “El Estado soy yo”; que seguramente Luis XIV le copió al de Macuspana...
Ocioso preguntarles a mis tres amables lectores, que nos pasaría a cualquiera de nosotros que desacatamosc la orden de un juez. Seguro bote. Pero para el Presidente López Obrador, que se pasa las Leyes por el arco del triunfo; nada...
Y eso se llama corrupción. Pero ninguno de sus súbditos se ha atrevido a denunciarlo, so pena de ser perseguido, justa o injustamente. Y si creen que ya en la Silla a la que ilegalmente hice llegar a mi ¿A mi qué? Es algo que no muy se entiende. A menos que terminemos con un “leal escudera”. Entonces sí...
Porque a todos nos consta que la Sheinbaum le ha sido fiel hasta la ignominia. Sin que nada tenga que ver la revocación de mandato que tiene guardada bajo la almohada; digo, en caso de que se le quiera salir del huacal; esta o cualquier otro que quedara en su lugar...
Independientemente de que su Presidencia no es legítima, pues la clara intervención del Presidente en la campaña, descalificando a sus opositores y gastando a manos llenas el dinero de las medicinas de los niños con cáncer -lo que debiera de ser imperdonable- descalifica la elección...
Sin omitir que hay juicios que deben de ser terminados y la orden de una jueza Nancy Juárez Salas que le ordena al Presidente López Obrador, eliminar la publicación de la reforma judicial que fue publicada el pasado 15 de septiembre en el Diario Oficial de la Federación...
Se da por descontado que el Presidente no acatará la orden. Y con ello, quedará demostrado una vez más, que no vivimos en un Estado de Derecho. Por lo que cualquier cosa puede pasar y nadie debe decirse sorprendido...
Ni siquiera cuando se resuelva el misterio que reviste la “entrega-recepción” de “El Mayo”. Las inéditas declaraciones del Embajador Ken Salazar. Toda vez que nunca se había visto que un Embajador se le pusiera al brinco al Mandatario del país que lo recibe. Porque desmentirlo públicamente no es poca cosa...
Diplomáticamente es inadmisible que suceda; pero sucede. Y más, cuando el Embajador asegura que EE.UU. nada tuvo que ver con los hechos que llevaron a territorio norteamericano al capo más importante de México...
Y como el Presidente López Obrador ni tiene ni la más remota idea de cómo estuvo el asunto; a tal grado que pide información a EE.UU. ya no se sabe si se entregó, si lo secuestraron, si lo traicionaron...
Y ni siquiera, si la violencia en Sinaloa la está propiciando el propio Gobierno para que se crea que hay división dentro del cártel al que tanto quiso y apoyó...
A todo esto, no venía ni al caso de que la señora Sheinbaum declarara “No nos arrodillaremos frente a ningún poder económico y extranjero”. Ajá; bueno, ya veremos a la hora que no se pueda pagar la deuda que deja López Obrador.
Ya de salida...
Hay quienes opinan que la designación de Luisa María Alcalde, como Presidente de Morena, es la realización de su sueño de toda la vida. Por fin va a servir como modelo. Y seguramente lo hará mejor que como política...
Y así, será motivo para que las juventudes luchen para dedicarse a la actividad que más les guste. A lo que podrían hacer el resto de sus vidas, aunque no les pagaran...
Porque el fracaso de nuestro México es que, acorde a las encuestas, el 77 % de las personas trabaja haciendo algo que no les gusta. Y solo puede ser feliz aquél que hace lo que le gusta. Así que no le crean a López Obrador de que todos están felices...
Y menos cuando a los homicidios diarios y a los desaparecidos, se suman los más de 70 cadáveres que se encuentran en las morgues y que no han sido identificados. No; contrario a lo que digan los detractores, este ha sido una chulada de sexenio.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida. |
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