De Veracruz al mundo
GILBERTO NIETO AGUILAR
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2025-09-16 / 21:52:37
Motociclistas intrépidos
La motocicleta es un medio de trasporte rápido y económico que además se asocia a los conceptos de libertad, de movilidad ligera, rápida y flexible, ágil para rutas alternas y estrechas, para moverse sin limitaciones. A los amantes del motociclismo, les significa libertad existencial y personal, la posibilidad de dejar atrás lo cotidiano, lo rutinario, en una experiencia que mezcla la soledad elegida y el control personal que dependen de sí mismo, de su habilidad y su coraje.



Para muchos es una metáfora de vida en un viaje sin ataduras, con cierta rebeldía, contra el conformismo; pero también una fusión con el entorno. Hay quienes lo describen como una forma de meditación en movimiento pues la mente se concentra únicamente en el camino y el presente y entonces no sólo es un transporte, sino un ritual de liberación interior.



Los alemanes Gottlieb Daimler y Wilhelm Maybach desarrollaron la primera motocicleta de gasolina en 1894. En 1949 se organizó el primer campeonato mundial de motociclismo de velocidad permitiendo a los mejores fabricantes de estos aparatos exhibirlos públicamente frente a los avances tecnológicos en los estilos especializados para motos deportivas, para montañas y para viajes. Se mejoró el sistema de frenado antibloqueo (ABS) y control de tracción que hacía de estos aparatos una belleza armónica de movilidad, velocidad y conducción, por desgracia con un alto margen de peligro e inseguridad debido a la exposición del conductor y a la fragilidad de las dos ruedas en equilibrio.



En los años 50 en México comenzó a desarrollarse una cultura alrededor de este aparato. Para 2020 el motociclismo era un fenómeno mundial de más de 500 millones de motos en circulación, demostrando su rápida evolución y popularidad. En 2023, el INEGI reportó en México más de cuatro millones de unidades registradas, pero quizá las que no portan una placa de registro superen por mucho esta cantidad.



Hoy en día las motos están por todas partes. Su valor es bastante cómodo y el uso de combustible igual. Resulta muy útil para traslados rápidos y una carga ligera, para llevar un acompañante, aunque hemos visto que algunos motociclistas son capaces de acomodar a la familia completa. Lo malo en este escenario es que día a día, por legiones, se tropiezan con otros vehículos ocasionando una pesadilla en la ciudad, perdiendo el romanticismo y la metáfora como un trasporte especial para convertirse en disgusto, agobio y temor ante un posible accidente.



Hay empresas que las utilizan para entregas a domicilio y algunas les etiquetan la leyenda «si no llega a tiempo, no pague nada» haciendo que los conductores se esfuercen intrépidamente para cumplir con rapidez la encomienda sabiendo que si el cliente no paga, ellos tendrán que pagar el producto. Una entrega llena de adrenalina, peligro y esfuerzo temerario.



El problema es la falta de precaución, sensatez y respeto a las reglas de tránsito. La moto no tiene límites para conducirse en el tráfico y para ganar en velocidad y espacios. Rebasan por la izquierda, se cruzan por enfrente y con escaso margen “culebrean” y van en zig-zag ante cientos de vehículos con conductores estresados, malhumorados, cansados del trabajo, cegatones por la diabetes.



Cualquier montón de piedrecillas o de arena puede causar que derrapen. Un pequeño error de cálculo, de equilibrio, puede ocasionar un golpe contra un automóvil y eso es suficiente para que caigan en el arroyo vehicular. Y por lo general, el conductor del vehículo sale perjudicado y tal vez los ocupantes de la moto sufran lesiones graves o pierdan la vida. Las motos, entonces, se vuelven un peligro para quien las conduce y para los automovilistas que tienen la desgracia de tenerlas en un encuentro sorpresivo.



gnietoa@hotmail.com

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